Cómo ocurre el abuso doméstico

• Quizás sufra daños en el cuerpo. El abuso doméstico puede manifestarse con empujones o bofetadas, hasta huesos rotos, estrangulación o relaciones sexuales forzadas.

• Es posible que el abusador trate de controlar a la víctima aislándola. Quizás la mantenga alejada de sus amigos y familiares. Tal vez no le permita manejar dinero.

• El abusador puede atemorizar o intimidar a la víctima. Es posible que el abusador la amenace con que le hará daño físico o les quitará a sus hijos. Puede amenazar con hacer daño a otros familiares o a mascotas de la familia.

• Los insultos pueden hacer que la víctima pierda la confianza en sí misma. Es posible que usen nombres ofensivos o despectivos, que la acosen o que la acusen de cosas que no hizo. El abusador puede decir que la víctima o el comportamiento de la víctima es lo que causa su enojo. El abusador puede manipular a la víctima a tal grado que se cuestione sus propios sentimientos, instintos y hasta la cordura. Desmoronar emocionalmente a la víctima le da un gran poder al abusador. Por ejemplo, podría poner en duda la manera en que recuerda los sucesos, aun si la víctima los recuerda con exactitud, o negar promesas que le haya hecho, por ejemplo.

El círculo del abuso

Si usted es objeto de abuso doméstico, es posible que transcurran varios días o semanas entre los ataques. Pero tal vez reconozca los pasos de una secuencia que se repite:

• El agresor ataca con palabras o actos.

• El agresor pide perdón y promete que no volverá a hacerlo.

• El agresor comienza a comportarse como si estuviera tenso, enojado o deprimido. Estos son signos de que el abuso va a comenzar otra vez.