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Para adolescentes: la vida después del cáncer

Enterarte de que ya no tienes cáncer puede provocar una oleada emocional. Puedes sentir alivio, alegría y quizá hasta un poco de desconfianza. No obstante, después de esa conmoción inicial, muchos adolescentes se preguntan lo mismo: "¿y ahora qué sigue?"

Lo cierto es que la vida después del cáncer será diferente y hasta puede volverse compleja de formas inesperadas. Sin embargo, también es una vida repleta de nuevas posibilidades, descubrimientos y crecimiento personal. Estos son algunos consejos que pueden servir para guiarte en tu próximo capítulo.

Acepta tus emociones

Desde la euforia por no tener cáncer hasta la preocupación por que el cáncer regrese, es importante que reconozcas lo que sientes. Sentir estos altibajos es perfectamente normal y válido. Forman parte del proceso de recuperación.

Aun así, si comienzas a sentir que te cuesta demasiado lidiar con tus emociones, tal vez sea el momento de buscar ayuda. No dudes en contarles a tus padres o hablarlo con un profesional de la salud mental. Ellos están para ayudarte a resolver esas emociones. También puedes considerar la posibilidad de unirte a un grupo de apoyo presencial o en Internet. Compartir tus experiencias con otros adolescentes que entienden la situación puede resultar reconfortante. Echa un vistazo a Stupid Cancer o Teen Cancer America para conocer las formas en que puedes conectarte.

Cuida tu salud

Aunque el cáncer ya no esté, controlar tu salud debe seguir siendo prioridad. Asegúrate de hacer lo siguiente:

  • Asistir a todas las consultas de chequeo médico. Aunque tu agenda esté totalmente ocupada con la escuela, actividades extracurriculares y el tiempo que pasas con amigos, siempre debes dedicar tiempo para cada consulta. Como parte de tu plan de atención para la supervivencia, estas consultas de seguimiento son fundamentales a fin de hacer un control de tu recuperación y poder detectar a tiempo cualquier signo que indique el regreso del cáncer.

  • Aliméntate bien, mantente en actividad y duerme lo suficiente. Ahora más que nunca, tu cuerpo necesita la energía suficiente para recuperar fuerzas. Sigue los consejos del proveedor de atención médica sobre una alimentación saludable. Busca sumar formas de mantenerte activo en el día también. Esto no significa que tengas que correr varias millas; bastará con hacer actividades leves, como caminar o hacer yoga. Trata de dormir al menos 8 a 10 horas para ayudar a tu cuerpo y mente a seguir recuperándose luego del tratamiento.

  • Expresa tus inquietudes. Los efectos secundarios persisten después de algunos tratamientos. Es posible que notes cambios en tus niveles de energía, aptitudes físicas o incluso en tu apariencia. Presta atención a tu cuerpo. Si no te sientes bien, debes informarlo. Habla con el proveedor de atención médica lo antes posible. Eso no es quejarte, sino tomar el control de tu salud.

  • Evita beber alcohol, fumar y usar un vaporizador. Todas estas sustancias son nocivas para la salud. Si precisas ayuda para dejarlos, puedes hablar con un adulto de confianza o con el proveedor de atención médica.

Vuelve a la escuela, al trabajo y a pasar tiempo con amigos

Si estuviste alejado de la escuela, el trabajo y los amigos por mucho tiempo debido al tratamiento contra el cáncer, es posible que regresar a estos entornos se sienta como dar un salto importante. Tal vez tengas problemas de concentración y de memoria o sientas cansancio. Para retomar la rutina de a poco, haz lo siguiente:

  • Habla con tus profesores. En la mayoría de las escuelas se brindan algunas concesiones, como tiempo adicional en los exámenes, una carga menor de deberes o incluso recreos cortos durante la clase para ayudarte a lograr una transición sin complicaciones.

  • Pide ayuda. Si necesitas algún tipo de asistencia, simplemente pídela. Tu educación es fundamental, pero la salud siempre es prioridad. Has atravesado momentos difíciles, y está bien pedir ayuda. Tu escuela puede contar con un consejero académico o trabajador social que puede ayudarte. Habla con tu empleador si precisas adaptaciones especiales en el trabajo.

  • Vuelve a ponerte en contacto con tus amistades. Esta parte puede complicarse un poco. Es probable que tus amistades no puedan comprender del todo la situación que has atravesado. Eso es normal. Comparte tus experiencias con ellos en la medida en la que te sientas cómodo. Si no quieres hablar sobre eso, también es entendible.

  • Participa en actividades sociales. Ponerte al día con amigos, participar en actividades grupales o asistir a eventos: puede parecer algo insignificante, pero puede ayudarte a sentirte normal otra vez y devolverle un poco de tranquilidad a tu vida.

Planifica para el futuro

Durante un tiempo, quizá daba mucho miedo el simple hecho de pensar sobre el futuro. Ahora, es el momento de permitirte volver a soñar. ¿Y qué pasa si algunas de tus metas de antes son distintas ahora? Eso está bien. Ya sea que te concentres en cursar estudios superiores, probar una capacitación profesional, tomarte un año sabático o hacer algo totalmente distinto, tienes el poder de definir tu propio camino.

Conoce tu fortaleza

Ser un sobreviviente de cáncer te brinda una perspectiva única sobre la vida. Si tienes la disposición para hacerlo, puedes usar tu voz y fomentar la concientización sobre el tema, participar en eventos de recaudación de fondos o brindar apoyo a otros adolescentes recientemente diagnosticados. Esto no es algo que puede hacer cualquiera, pero puede ser una forma gratificante de retribuir a la comunidad.

Lo más importante es que recuerdes tenerte paciencia. La recuperación no implica solamente mejorar a nivel físico, sino también a nivel emocional. Puede haber desafíos en el camino, pero enfrentaste al cáncer y saliste más fuerte del otro lado del campo de batalla. Esa es una hazaña de la que siempre podrás sentir orgullo.

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